En menos de una semana, pobladores de tres regiones de Guatemala han intentado linchar a supuestos delincuentes.
Según activistas de derechos humanos, la población acude al linchamiento por la desconfianza en las autoridades.
Cifras de la Procuraduría indican que se registran un promedio de 30 intentos de linchamientos mensuales en todo el país.
Para el presidente Otto Pérez Molina, esta situación responde al hecho de que no hay suficientes policías.
Por ejemplo, pobladores de Panajachel, al oeste del país, intentaron
que la policía les entregara a unos presuntos delincuentes que momentos
antes habían asaltado a un comerciante.
En Baja Verapaz, uno de los extorsionistas —según los pobladores—
resultó ser un miembro de la Policía Nacional que dio muerte a un
mototaxista.
La población causó destrozos en la sede policial y el policía se encuentra bajo investigación.
En otros casos el detonante ha sido el pago de extorsiones que pandilleros exigen a pequeños comerciantes.
Para Anantonia Reyes, funcionaria de la Procuraduría de los Derechos
Humanos, “el fenómeno de la extorsión ha ido en aumento y ha adquirido
modalidades diferentes”.
El presidente Pérez Molina señaló que hay lugares en que el número de
policías no se ajusta a la población, afirmó que durante su mandato el
número de policías creció de 22,500 a 34,000 efectivos.
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