El deporte basado en las novelas de Harry Potter busca la aceptación y promoción de la comunidad deportiva
Coloca
una pelota de tenis en un calcetín amarrillo y ponlo en la parte
trasera de tus pantalones. Ahora comienza a correr. ¡Felicidades! Eres
una snitch. Que no te atrapen, o el juego termina.
Esto es quidditch, jugado por muggles.
En las novelas de JK Rowling, la snitch es una especie de
pelota mágica con alas, que es perseguida por el “buscador”, Harry
Potter, en una variedad de competencias de quidditch por aire.
Nadie en el campus de UCLA en Estados Unidos tiene una pelota de
squash mágica y con alas. Un hombre con una pelota de tenis que cuelga
de sus shorts tendrá que hacerlo.
"La snitch es el aspecto surreal del partido”, dice Sebastian Milla, exjugador de quidditch de UCLA y estrella de un documental sobre este deporte.
Mudbloods;
un título tomado del término derogatorio de las novelas para los magos
que no tienen padres magos, explora el resultado cuando tomas un deporte
ficticio y lo vuelves real.
En 2005, ocho años después de la publicación del primer libro de
Potter, el Colegio Middlebury de Vermont en Estados Unidos, dio luz al “quidditch muggle”, que traduce el deporte imaginario de Rowland a nuestro mundo.
Nadie puede volar, pero una escoba entre las piernas es obligatoria.
Tres porterías circulares son utilizadas en cada extremo de la cancha,
como en los libros.
Diez puntos se suman por meter la quaffle (una pelota de voleibol) en los aros, y 30 por atrapar la snitch. Debido a que las bludgers no están disponibles, son reemplazadas por pelotas arrojadas a los jugadores rivales.
Finalmente, e inusualmente, tanto el quidditch mágico como el muggle, son deportes mixtos de contacto.
Volviéndose real
La intriga de muchos espectadores de Mudbloods será ver cómo
funciona este deporte y descubrir quién quiere jugar un deporte tan
asociado con el mundo de la ficción de fantasía.
“Es difícil ser tomado seriamente cuando las personas creen que somos un montón de geeks”, dice Milla cuando el documental comienza.
Los jugadores, algunos de los cuales nunca ha leído un libro de Harry
Potter, lamentan el desdén de los atletas de otros deportes
universitarios. Las sesiones de entrenamiento atraen a multitudes
intrigadas que sostienen teléfonos con cámara.
El cineasta Farzad Sangari, quien recaudó casi 27,000 dólares en Kickstarter
para hacer el documental, dijo: “Si alguien en realidad lo viera o lo
jugara, se percataría de la cantidad de atletismo y destreza mental que
se necesita para jugar este deporte”.
Allí está el dilema del quidditch: cómo tomar el siguiente paso y, como un Pinocho deportivo, convertirse en un niño de verdad.
Originalmente concebido como una distracción alegre para los
universitarios, el deporte es despreciado fácilmente por sus raíces
mágicas.
Sin embargo, el quidditch se ha sorprendido al crear grupos
de jugadores elite, dedicados y atléticos en Estados Unidos, 10,000
aficionados acudieron al último Mundial de Quidditch.
Nueve años después del primer partido oficial, ahora hay un organismo regulador; Quidditch de Estados Unidos, con cinco miembros en el personal que trabajan tiempo completo, dirigidos por el comisionado Alex Benepe.
"Tenemos 170 equipos universitarios en el país y la mayoría de estos
son clubes deportivos oficiales que reciben financiamiento”, dice Benepe
a CNN.
"Los equipos son cada vez más competitivos. Los jugadores tienen que hacer pruebas y tienen prácticas obligatorias”.
A nivel universitario, el deporte es más fuerte que nunca. Además de
eso, la primera generación de jugadores universitarios se gradúa y lleva
el quidditch a un mundo más amplio.
Esos graduados se encuentran entre sí y forman lo que el deporte
llama equipos comunitarios, esos clubes creados más allá de la frontera
de la universidad.
"Los equipos comunitarios crecieron significativamente y comenzaron a ser muy buenos”, dice Benepe.
Tom Marks, otro exjugador de UCLA representado como la fuerza impulsora del equipo en Mudbloods, añade: “No me sorprendería si, en los próximos cinco años, hay una liga separada formada para equipos comunitarios.
“Van a convertirse en equipos de estrellas”.
Completamente único
Sin embargo, para algunas personas, esto se supone que es “quidditch auténtico”, como Benepe lo llama. Mark habla de “equipos de estrellas”.
¿Un deporte inspirado en Harry Potter realmente puede convertirse en un deporte profesional de atletismo?
“Obviamente hay momentos en los que puedes tener nostalgia por cómo empezó”, dice Benepe.
"Hay ciertos elementos centrales que no quieres cambiar, nunca; el
hecho de que sea tan mixto, de contacto, es completamente único y eso
realmente puede cambiar la forma en la que las personas ven el género.
"Pero es importante que la liga siempre se desarrolle y hay algo
realmente impresionante en la idea de tomar esto de un libro y hacerlo
crecer a una entidad deportiva profesional y legítima.
"En algún punto del camino, una liga profesional realmente sería genial”.
Cada jugador entrevistado por CNN dijo la palabra “legitimidad”.
“No es exclusivo del quidditch”, dice Milla. “Hay muchos deportes que las personas realmente no consideran como deporte.
"Hay una definición estrecha de deporte que tiene muchas cosas
vinculadas; ¿a los atletas les pagan millones de dólares? ¿Se televisa?
El deporte se legitima en formas diferentes.
"No he conocido a una persona que juegue quidditch y diga, 'esto no es un deporte'. Todo lo que se necesita son uno o dos partidos en esa escoba y acabas cansado”.
Para algunos observadores, la idea de una snitch con una pelota que cuelga de sus pantalones, corriendo por el campus para evitar la captura, evita que el quidditch sea tomado seriamente.
'Personas y respeto’
En contraste, Milla afirma que precisamente es por eso que el quidditch merece reconocimiento: tiene algo nuevo que ofrecer.
"La snitch es lo que diferencia al quidditch de
otros deportes. Te hace cuestionar qué es importante para ti”, dice, al
añadir que los partidos a menudo se ganan o se pierden gracias a las
decisiones muy polémicas respecto a quién atrapó o quién no atrapó la snitch.
"Vas a perder por atrapadas (injustas) de la snitch”,
continuó. “¿Así que juegas para ganar o juegas porque amas este deporte y
a tus compañeros y crees que es increíble? Te hace cuestionar cuál es
el punto de hacer estas cosas.
"Uno de los grandes problemas que tenemos en el deporte ahora es que
se ha convertido mucho en ganar y pagarle a las personas que ganan, que
dejó de ser humano en muchos aspectos.
"Es por eso que ves muchos casos de violencia doméstica en la NFL, es
por eso que ves mucha corrupción en los deportes y las industrias
deportivas. Es esa escena completamente fea.
"Eso es lo que me gusta del quidditch; se trata de equipos, personas y respeto”.
Marks, quien jugó junto con Milla en UCLA, espera que el quidditch pueda aferrarse a sus orígenes mientras madura para convertirse en un deporte de mayor rendimiento, y menos Hufflepuff.
“Hay dos campos, dos mentalidades”, dice el exjugador de 23 años, quien ahora es un editor en PC Gamer.
"Una es que debe continuar siendo algo divertido y abierto. La otra
es que este es un deporte agresivo que debe tratarse como tal. Creo que
debe hacer ambas cosas.
“Debemos continuar fomentando este ambiente competitivo porque hay
verdaderos atletas que realmente quieren competir en este deporte nuevo.
“Pero también necesitamos fomentar la capacidad de cualquiera para
jugar. No todos tienen seis aros y 14 escobas en su patio. La barrera
para entrar al quidditch es bastante alta.
"Mi esperanza es que se vuelva una liga competitiva en un lado y las
personas hagan esto en el parque en el otro lado. Creo que el deporte
necesita ambos lados para sobrevivir”.
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