La marea humana que se dio cita en el Parque Rizal para la misa del papa Francisco en Manila puede quedar consignada en los libros de récords como el evento más concurrido de la historia de los viajes papales, afirmó Federico Lombardi, vocero del Vaticano.
Entre seis y siete millones de fieles, según cifras oficiales, llegaron a la misa ofrecida por el líder de la iglesia católica en Manila.
En el oficio participaron un coro de 1.000 personas y más de una centenar de músicos.
El pontífice también visitó la universidad de Santo Tomás, donde se encontró con lideres religiosos y jóvenes.
Francisco hizo un llamado a cuidarnos los unos a los otros y a promover la paz en el mundo. Además enfatizó la necesidad de practicar la empatía.
Ante el constante grito de "viva lolo kiko o abuelo kiko", como han apodado los filipinos al papa, el mismo pontífice se preguntó: ¿De dónde proviene tanta energía de la gente? A lo que él mismo se contestó: son felices y entusiastas.
La pregunta de una niña
Esta gira ha estado salpicada de instantes espontáneos, fuera de la agenda del papa, como ya es típico de Francisco.
Uno de los momentos más emotivos de esta jornada fue cuando la vocecita de una niña de 12 años irrumpió en el corazón del papa y le preguntó:
"Muchos niños fueron víctimas y pasaron por cosas malas como las drogas y la prostitución. ¿Por qué Dios permite que esto suceda, incluso si los niños no hicieron nada mal? ¿Y por qué es que sólo muy pocas personas nos ayudan?"
El papa, visiblemente conmovido, dejó a un lado su discurso y le contestó a Glyzelle Palomar, textualmente: Ella hoy ha hecho la única pregunta que no tiene respuesta. Y no le alcanzaron las palabras y tuvo que decirlas con lágrimas", le dijo Francisco a esta niña abrazándola.
Este lunes el papa regresa a Roma, tras un viaje que también lo llevó a Sri Lanka.
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