"Sangre, sudor y lágrimas” en la cancha de futbol solía significar algo muy diferente en Sierra Leona.
En un país en el que el ébola se propaga más rápido que en cualquier otro lugar del planeta; con aproximadamente 7,000 casos reportados hasta ahora, cada gota de sangre evoca sospecha.
Aquí, incluso un saludo después del partido es un encuentro incómodo.
En este nuevo clima temeroso, el futbol fue prohibido. Y para los
habitantes obsesionados con los deportes, el embargo es equivalente a
prohibir a Dios.
“El futbol es como una segunda religión en Sierra Leona”, explicó la
presidenta de la Asociación de Futbol del país, Isha Johansen.
“Teniendo en cuenta que este es un país pobre, tendrás situaciones
en las que las personas prefieran quedarse sin comer, solo para que
puedan comprar boletos para un gran partido de futbol”.
Los domingos, la larga extensión de arena en la playa Lumley, afuera
de la capital de Freetown, normalmente estaría llena con miles de
personas jugando el deporte nacional.
Eso fue antes del brote que ha tenido más de 1,400 casos nuevos solo
en las últimas tres semanas, haciendo que Sierra Leona esté a punto de
eclipsar a Liberia como el país más afectado en el mundo, según la
Organización Mundial de la Salud.
Ahora la liga premier nacional fue suspendida. Los juegos casuales en
la comunidad se han callado. Incluso ver el partido en los salones y
cines ha llegado a un punto muerto.
“Este virus se trata de sudor, sangre e interacción”, dijo Johansen
de 50 años, cuando me reuní con ella en una cafetería en Londres, a un
mundo de la devastación en casa.
“Y así es el futbol. Hay mucha interacción, hay mucho sudor y sangre”.
No tocar
Más allá del virus mortal en sí, están los efectos psicológicos de
“personas delicadas y sentimentales que aman abrazar y tomarse de las
manos” naturalmente, dijo Johansen.
“Es un lugar muy tenso y difícil para estar mentalmente. Tienes que
reprogramarte. Así que descubres eso cuando las personas te quieren
tocar, dices ‘argh’”, dice, arrugando su rostro elegante y sosteniendo
sus manos.
“Creo que una de las cosas vitales a las que no logramos adherirnos
como personas, es no tocar a una persona enferma”, dice sobre una
enfermedad cuyo 20% de las transmisiones ocurren durante los entierros.
"¿Y eso es humanidad básica no? Cuando alguien a quien amas está
enfermo, quieres sostener a esa persona, quieres llevarlos”, dice la
madre de un niño.
“Pero no puedes”.
Enemigo invisible
Solo una década después de la guerra civil que mató a más de 50,000 personas, el país ahora enfrenta un nuevo enemigo invisible.
Is Ebola a disease of #poverty? Read this @UNDP blog to find out: http://t.co/HstkLjsJIe #EbolaResponse pic.twitter.com/X57oZz3FPP
— UN Geneva (@UNGeneva) diciembre 4, 2014
“No es como la guerra que vivimos donde veías a los rebeldes que
venían”, dijo Johansen, quien de pequeña nunca tuvo una muñeca, sino que
jugaba futbol con sus hermanos y con sus amigos.
"Pero con el ébola, despiertas una mañana y ya golpeó una ciudad, y
otra. Durante mucho tiempo no conocíamos los signos, no sabíamos qué
síntomas había que tener en cuenta”.
La petición de Marruecos
De hecho, lo que inicialmente parece ser un resfriado común, puede
escalar rápidamente a vómitos, diarrea y sangrado; tanto interno como
externo.
La transmisión a través de fluidos corporales hace que el futbol sea un entorno propicio para la infección, y el mes pasado, Marruecos renegó ser anfitrión de la Copa de Naciones Africanas 2015 debido a temores sobre la propagación de la enfermedad.
“Digamos que no me sorprendió”, dijo Johansen, quien también es dueña de un club de la liga premier llamado; FC Johansen.
“Creo que si estuviera en la posición de Marruecos, me enfocaría en
salvar vidas y querer contener el virus del ébola”, dice con un suspiro
de resignación.
Al provenir de Sierra Leona, Johansen sabe muy bien cómo es tener que “rogar para jugar en otros países”.
Según reportes, los jugadores de su país sufrieron prejuicios “humillantes” en partidos de visitante, con oponentes negándose a saludarlos y multitudes cantando “ébola” en los partidos.
Trabajo de mujeres
Personalmente, Johansen también sufrió “los ataques más humillantes
que he tenido”; aunque en lugar del ébola, dice que estaban relacionados
con su género.
Como una de las únicas dos mujeres que dirigen una asociación
nacional de futbol en el mundo, Johansen dice que estuvo bajo ataque en
un país en el que “las mujeres todavía son percibidas como gente que
conoce su posición en la sociedad”.
“En Sierra Leona, el futbol es su todo. Y no ves a mujeres jugándolo,
no ves a mujeres diciéndoles cómo jugarlo y ciertamente no ves a
mujeres organizándolo”, dice la hija de uno de los miembros fundadores
del Club de Futbol East End Lions del país, quien tiene a un hijo que
creció con futbolistas que constantemente entraban y salían de su casa.
"Sí, decían cosas horribles sobre mí que no quiero repetir. Cosas y
caricaturas muy, muy degradantes. Ten en cuenta que soy una madre y la
esposa de alguien y soy la hija de alguien”, dice sobre los insultos
durante su campaña para conseguir el trabajo en 2012.
Su método de enfrentamiento fue desconectarse de los medios locales y las redes sociales.
“No lo veo, no lo leo”, dice. “Me desconecté de eso y solo me mantengo enfocada”.
Limpiando
Cree que parte de la hostilidad ha venido de su postura dura contra la corrupción.
“La FA estaba hecha un desastre antes de que llegara”, dice.
“Teníamos una mala reputación interna y externamente. No teníamos
estructuras. La integridad estaba en su punto más bajo. No había
disciplina”.
Y en un país donde el futbol y las apuestas van de la mano, la tolerancia cero de Johansen fue algo difícil de asimilar.
“Si las personas escogen apostar como pasatiempo recreativo, bueno
eso depende de ellos”, dice, con las manos alrededor de una taza de té
de menta.
“Pero no puedes tener a personas en oficinas administrativas altas que participan en apuestas. Eso es un no definitivo”.
Sin embargo, en lo que se refiere a las acusaciones de corrupción en los mayores niveles del organismo internacional de futbol, la FIFA, Johansen está menos dispuesta a hablar.
"Todas esas cosas que pasan, esas controversias, son algo en lo que realmente no me gustaría involucrarme”, dice.
“Es realmente desafortunado y realmente espero que la FIFA pueda
superarlo más pronto que tarde”, dice sobre la organización que este año
le dio a la Asociación de Futbol de Sierra Leona 750,000 dólares además
de otros 50,000 para los proyectos sociales utilizados para combatir el
ébola.
¿Eso significa que Johansen votará por el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, en la elección del próximo año?
"Joseph Blatter ha apoyado mucho a las naciones africanas y ha
intentado construir el desarrollo de nuestro futbol”, dice, escogiendo
cuidadosamente sus palabras.
“Y en ese aspecto, creo, que no solo yo, sino la mayoría de los países africanos, reconocerán eso”.
Por ahora, su principal enfoque está en el virus que hasta ahora se
llevó más de 1,400 vidas en todo el país, y silenció sus queridas
canchas de futbol.
“Solo esperamos el día en el que nos digan; ¡boom!, la vacuna salió, ve a inyectarte”, dice.
“Todas las mañanas nos despertamos queriendo escuchar ese mensaje.
“Y llegará”.
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